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Igualdad, Respeto, y Tolerancia



Tres palabras que en los últimos años se usan mucho y que con la situación que vivimos están más al día.


Para mí unas van de las manos de las otras, no puede haber igualdad si no soy tolerante y el serlo quiere decir que tengo respeto.


Para mí la igualdad viene definida por las creencias, pensamientos, estilo de vida, ideología política, religión, sexo, u opinión personal ante la vida. Y no, viene desde el nacimiento, todos somos iguales, nacimos con lo mismo y a la hora de morir, todos lo haremos. No hay más, para mí, ahí radica la igualdad.


Después pasamos a lo personal, que cada uno es de una forma, cada uno tiene unas creencias (pensamientos, ilusiones, formas de ver y entender la vida) que pueden ser afines a las mías, o todo lo contrario, y aquí es donde entra en juego la tolerancia, como el otro igual a mí, su forma de hacer las cosas es tan válida como la mía, me guste más o menos la respeto, por que mi actitud hacia esta persona es tolerante, aunque las ideas personales no coincidan con las mías.


No podemos pretender que todo el mundo vea el mundo con nuestros ojos, cada uno tiene una forma de entenderlo, y eso es lo bello de este mundo, sería muy aburrido si todos fuéramos iguales, e hiciéramos, pensáramos y actuáramos igual.


La tolerancia y el respeto están ahí, que las nombramos mucho (yo la primera) y las ponemos en práctica muy poco.


Es cierto que hay cosas más fáciles de tolerar y aceptar que las situaciones, el cómo nos afecte cambia y se nos hace más cuesta arriba. Pero ahí es donde debemos de dar el do de pecho y no sólo utilizar esas palabras sino ponerlas en marcha.


Y si un día no podemos no pasa nada, la vida nos pondrá delante más situaciones donde nos dará la oportunidad de hacerlo. A mí cada día me las da.


Esto no quiere decir que todo lo veas de color de rosa, sino que de cada situación donde antes veías algo malo, vas a sacar provecho para en convertirla en algo favorable, porque con tu actitud hasta la peor situación puede ser una gran oportunidad.


Otra cosa de la que yo fui consciente hace unos años es que siempre pedía compresión, tolerancia y respeto hacia mi persona, pero pocas veces era capaz de darlo, esto me llevo a la pregunta ¿Cómo soy capaz de pedir algo que ni yo misma sé dar? Así que me planté en la tesitura de que tendría que empezar por mí.


También a veces somos muy contradictorios y tolerantes en una situación o tema, pero en otros muy cerrados, si pedimos igualdad, tolerancia y respeto, no podemos ser selectivos en el tema que lo hacemos, sino en todo.


Vuelvo a repetir que según nuestras creencias unos temas nos serán mas fáciles que otros, pero aún así sólo en un entrene. Para que me entendáis, no puedo pedir que todos seamos iguales según nuestra tendencia sexual, (que lo somos indudablemente) pero después juzgar a las personas porque tienen un partido político diferente al mío (que también son iguales a mí).


No caigamos en la trampa del ego, en creer que nuestra moralidad es la única, que hay una por cada persona que hay en este mundo y todas son igual de válidas.


Lo hermoso del mundo son las diferencias que hay entre uno y otro, pero lo que lo hace más bello y un lugar especial es que pese a esas diferencias detrás de ellas todos somos iguales.



Mil gracias Caris!!!!



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